27 feb 2008

Ahora, el agua es fashion.

Autora : EUGENIA ARIAS.
( Nota previamente publicada en el periódico especializado “ Manjares y Varietales ”. )


Tomar agua está de moda, no cabe duda; aunque los médicos desde tiempos inmemoriales nos aconsejan beber 2 litros por día. Modelos, deportistas y actrices exaltan sus virtudes y hasta algunas aseguran que su juventud y delgadez se debe a la ingesta de grandes cantidades diarias de este preciado elemento. Las madres la consideran perfecta para preparar purés y papillas infantiles. Los chefs la utilizan para cocinar al vapor y como base para helados y sorbetes. Los sommeliers la elegimos de primerísima calidad a fin de acompañar los mejores vinos y también para obtener una perfecta taza de café o de té. Y hasta el cantante Juan Luis Guerra en su álbum “ Bachata Rosa ” nos habla de descansar en un universo de agua, deseo que se hace realidad en el fabuloso spa de lujo de agua mineral premium francesa nacido en 1824.
Compensadora de nutrientes naturales, refrescante, hidratante son algunas de las cualidades que el agua potable embotellada presenta; aunque en Argentina, lejos de la época en que sólo se comercializaba en farmacias, hoy nos sorprende en distintas versiones, marcas y calidades. Siendo su consumo relacionado con un estilo de vida sano y natural, lo cierto es que si investigamos un poco las etiquetas de los envases encontramos distintos tipos de aguas minerales. Las mismas pueden diferenciarse de acuerdo al grado de mineralización (oligominerales, de mineralización débil, media y fuerte), a su composición (alcalina o bicarbonatada, acidulada o carbogaseosa, salina o clorudada, cálcica, magnésica, fluorada, ferruginosa, yodadas, sulfatadas), a la temperatura del agua en la surgencia o extracción (atermales, hipotermales, mesotermales, hipertermales) como así también de acuerdo al contenido gaseoso (naturalmente gaseosa, gasificada o sin gas). Según el Código Alimentario Argentino, el agua mineral natural se define como bacteriológicamente sana y se obtiene de un yacimiento (manantial) o estrato acuífero (napa), ya sea gracias a la surgencia natural o por medio de perforaciones. Las de manantial precisan de ciertos tratamientos físicos que mejoran su calidad sin variar significativamente la composición original; de hecho se permiten sólo dos operaciones: eliminar o reducir compuestos naturales inestables como hierro y azufre para evitar que el agua presente un color, olor o sabor no deseables; y modificar su contenido en gas carbónico. El tipo y cantidad de sustancias disueltas en el agua dependen de la tipología geológica de la zona donde fluye la fuente. Así, de las capas profundas sale un agua muy rica en minerales y carbonatada. Si en su camino se filtra por piedra calcárea, se originan aguas duras (con elevado contenido en sales de calcio y magnesio); si es por arena compacta, tendremos agua semidura, y si discurre por granito y basalto, serán aguas blandas. Estas sustancias solubles también determinan su sabor, fácilmente apreciable si realizamos una cata comparativa: las aguas ricas en sodio y cloruros saben ligeramente saladas; las que contienen una fuerte presencia de metales alcalinotérreos (es decir, las sales de calcio y magnesio) tienen un sabor duro y terroso; y los sulfatos proporcionan un sabor un tanto acre y persistente. Por otra parte, el PH informa del carácter ácido o alcalino de un agua, que puede estar influido por el CO2 disuelto y por la cantidad de carbonatos y bicarbonatos que contenga; entre los metales alcalinos se encuentra el sodio y generalmente se halla en proporción muy superior al potasio. Las aguas que presentan un contenido inferior a 20mg/l son las más aptas para aquellos que deben hacer dietas pobres en sal. Los nitratos no se consideran deseables en el agua; al menos, no por encima de cierto valor. Finalmente, el agua con gas tiene ácido carbónico, una sustancia que estimula la secreción de jugos gástricos y facilita las digestiones, y que se caracteriza por su sabor ligeramente amargo y por las burbujas que se desprenden debido a la presencia de este ácido. Existe la creencia de que toda agua con gas es una bebida con calorías, y que por lo tanto, no está indicada para personas con exceso de peso; pero la realidad es que el agua con gas o sin gas no aporta caloría alguna.
La clasificación de la cata premia a las aguas de mineralización más débil, pero los gustos del consumidor pueden decantarse hacia aguas más o menos salinas, con más o menos sabor, según sean sus preferencias y hábitos de consumo.
Existen, asimismo, las aguas mineralizadas artificialmente, que son aquellas que tienen sales minerales agregadas de uso permitido y también las aguas minerales saborizadas, que son las naturales, minerales y/o mineralizadas, que tuvieron un proceso de saborización con sustancias aromatizantes naturales aprobadas por el Estado, siendo los sabores preferidos los de lima-limón y los cítricos. Pueden ser gasificadas o no.
Como verán, el carácter inodoro, incoloro e insípido del agua es bastante relativo si se habla de aguas minerales, pero cualquiera sea su procedencia, el agua embotellada mantiene sus cualidades si se la conserva en un ambiente limpio, fresco y seco, alejada de la luz solar y de los productos volátiles.
A modo de despedida, les dejo este cóctel (para dos), ideal para relajarse, compartir y agasajar en estos días veraniegos :
Servir 8/10 partes de vino blanco seco joven refrescado ( temperatura ideal: entre 8 y 10° ) en dos copas, agregar la misma cantidad del agua mineral gasificada enfriada de su preferencia (lo importante es que la burbuja marque una fuerte presencia), introducir una rodajita de limón y perfumar con hojas de menta.
Hasta el próximo número y que disfruten : ustedes se lo merecen.

A modo de editorial.

Como ya sabemos, soñar no cuesta nada, y precisamente éste nuevo blog, que habla de los placeres de la buena vida en una época difícil, tiene mucho que ver con los sueños: nació porque me atreví a soñar con el y crecerá porque seguiré soñando con hacerlo cada vez mejor, más lindo, más completo. Mientras lo escribo pienso que los sueños, no siempre sueños son : cuando se les suma voluntad, pasión, entusiasmo; y fundamentalmente, coraje y decisión, suelen hacerse realidad. Es por eso que ahora los invito a recorrer esta flamante edición online de Divinos Placeres que acaba de despertarse.

Eugenia Arias.